Con el objetivo de implementar un manual de buenas prácticas para la mitigación del descarte de la fauna objetivo y acompañante, además de la pesca incidental en la pesquería industrial de cerco de Jurel, el Instituto de Investigación Pesquera (Inpesca) y sus empresas socias: Orizon, Camanchaca Pesca Sur, Landes, Alimar, Blumar, Foodcorp y Bahía Litoral iniciaron un trabajo participativo con personal de flota y embarcado en mayo pasado y que se espera que a mediados de octubre se dé a conocer a nivel local e internacional.
El manual pretende ser una herramienta que contribuya al desarrollo de la política de manejo sustentable y responsable de esta emblemática pesquería nacional y en donde los jefes de flota y capitanes de las compañías involucradas, en conjunto con el apoyo técnico del Inpesca, han estado trabajando para su elaboración en una serie de jornadas participativas.
A su vez, el desarrollo del Manual de Buenas Prácticas se enmarca en el plan de mejoras del esfuerzo nacional que logró la certificación del Jurel bajo el estándar del Marine Stewardship Council (MSC) que establece que es una pesquería sustentable y responsable con el medio ambiente, lo que permite utilizar el sello azul en los productos industriales de consumo humano. Este logro convierte al jurel en la pesquería certificada más grande de Latinoamérica.
Según destacó el director del Inpesca, Aquiles Sepúlveda, “el Manual se constituye en la formalización de acciones de buenas prácticas de pesca que permiten minimizar efectos no deseados en las capturas de jurel, como son la evitación de peces inmaduros o juveniles así como la fauna incidental asociada y contempla también procedimientos de cuidado, tratamiento y devolución de especies consideradas como protegidas en el ecosistema”.
En tanto, el investigador del Inpesca, Carlos González, explicó que “este desafío representa para la industria pesquera una oportunidad en la sistematización de buenas prácticas, que algunos casos han sido implementadas en el pasado, con prácticas recomendadas a nivel internacional, ya sea por la FAO o por organismos que están preocupados por la conservación de especies vulnerables que poseen un rol importante en el ecosistema marino”.
Según González, “es destacable el interés y el nivel de participación que han manifestado, tanto capitanes como jefes de flota en la elaboración de este manual expresada en reuniones de trabajo y talleres, que han permitido un análisis de estas recomendaciones y su aplicabilidad en la actividad pesquera para abordar la mitigación del descarte de la fauna objetivo y acompañante, así como la fauna incidental”.
Cabe destacar que las cuotas de captura del Jurel son definidas por la Organización Regional del Pacífico Sur (ORP-PS), y gracias a los criterios científico-técnicos presenta un sostenido nivel de recuperación desde 2012. Actualmente, el jurel tiene una cuota global de 381.572 toneladas, que ha ido aumentando en los últimos años producto de las medidas de conservación y la orientación científica, lo que ha otorgado proyección a esta actividad productiva.